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La sola necesidad de Cristo

San Juan 8: 42  Jesús entonces les dijo: si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.



Si profesamos creer en Jesucristo debemos desear conocerle y amarle cada vez mejor. El mundo puede creer intelectualmente en Jesús pero jamás logrará amarle. Los Hijos de Dios saben que creer en él es amarle. Pues Dios mismo produce en nosotros el querer como el hacer. Conforme vamos creciendo espiritualmente reconocemos cada vez mejor la sola necesidad de Cristo que tenemos. Entendemos que no hay nada más importante que él y que amarle a él es amar a los demás como a nosotros mismos.
La sola necesidad de Cristo nos enseña que si no fuera por él nadie, absolutamente nadie, sería salvo de la santa ira de Dios. Si hubiese existido un solo hombre o mujer que no hubiese necesitado del sacrificio de Cristo para ser salvo entonces tal sacrificio no hubiera sido necesario. Se nos demandaría que fuésemos como tales personas y seriamos justos por justicia propia.

Lamentablemente he oído que algunos mal usando la Palabra piensan que ciertos personajes bíblicos no necesitaron de la expiación de Cristo para entrar en la vida eterna. Utilizan Ezequiel 14:14 para decir que Noé, Daniel y Job pudieron por su justicia librar solo sus vidas y que el resto necesitamos a Jesucristo.  Pero esta claro que tal versículo no se refiere a la salvación del alma en el día del juicio final sino que es una referencia a intercesores eficaces que no tendrían poder ante el trato de Dios con su pueblo.



Otros hablan de que María, la madre de Jesús, fue concebida sin pecado. Si esto fuese así no hubiese tenido la necesidad de Cristo para entrar en la vida eterna. Los sanos no tienen necesidad de médico pero la Biblia enseña que todos somos pecadores. Es verdad que ha tenido el honor de ser la madre de nuestro Salvador pero esto ha sido por la gracia de Dios conforme a su eterno plan sin meritos de la bienaventurada virgen y cualquier tipo de devoción a su persona (como a la de cualquier otro de los conocidos héroes de la fe) es totalmente prohibida. Jesús hablo en dos ocasiones acerca de ella y no hizo falta más:

San Marcos 3: 31-35 Entonces llegaron su madre y sus hermanos, se quedaron afuera y lo mandaron a llamar. Como era mucha la gente sentada en torno a Jesús, le transmitieron este recado: «Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y preguntan por ti.»
Él les contestó: « ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?»
Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios es hermano mío y hermana y madre.» (El Libro del Pueblo de Dios)
San Lucas 11: 27. Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: « ¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!»
Pero él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.» (La Biblia de Jerusalén)



Otros piensan que Jesús murió solo por la gente del Nuevo Testamento y que los del Antiguo se salvaron por obedecer a Jehová.
¿Pensaremos acaso que Enoc, Moisés y Elías fueron traspuestos por sus buenas obras?



La verdad es que la sola necesidad de Cristo es anunciada desde el juicio a la serpiente. Dios prometió que la simiente de Eva derrotaría a Satanás, este es el autor del primer pecado y propagador de tal plaga.
Jesucristo condenó al diablo y sus Ángeles junto con todos los pecadores (que por ley son hijos del diablo) a ser destruidos en el lago de fuego. Pero por su sangre preciosa derramada en la cruz del calvario rescató un remanente por gracia, a todos los que creen en él como propiciación por los pecados del Hombre delante de Dios. Sabemos por la Palabra que nadie puede ser salvo por meritos propios sino solo los que encuentran su salvación en los meritos de Cristo. El pueblo de Israel lo llama el Mesías, este es mediador entre Dios y los hombres.
Los salvos del Antiguo Testamento tenían puesta su fe en este Mesías que nosotros conocemos por Jesucristo, y es el mismo que ellos llaman Jehová.
Oseas 13:4 Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.



El mismo Jehová del Antiguo Testamento es conocido en el Nuevo como Jesucristo. Es la misma Deidad. Es Dios.
El Mesías o Cristo es Dios en carne llamado el Hijo de Dios. Estando en este cuerpo lo nombraron Jesús, porque él salvaría a su pueblo de sus pecados. Obra que solo Dios podría hacer. En la carne vivió una vida perfecta de santidad siendo uno en Espíritu con el Padre y despojándose a sí mismo, tomó forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en tal condición se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 

Isaías 45:21-23 Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. 

La Palabra no se contradice. Si Jehová dice que no hay más Dios que él ¿Por qué algunos piensan que hay semidioses? Y otros hasta blasfeman enseñando que Jesucristo es un semidios o incluso el arcángel Miguel. Si Jehová dice que ante él se doblará toda rodilla y jurará toda lengua ¿Por qué se dice lo mismo de Jesucristo? Dios no comparte Su gloria con nadie.

Incluso es falsa la enseñanza de otros que dicen que Jehová es el Padre de Jesucristo el Hijo.
Lo cierto es que cuando Dios se despojó a si mismo tomando forma de Hijo de Hombre para cumplir su eterna voluntad anunciada por los profetas, como él enseñó: el Padre era mayor que él debido a su condición humana, pero cuando volvió a su gloria primera la Omnipresencia del Hijo fue de nuevo una con el Padre en el poder del Espíritu Santo. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio y esto en el temor de Dios persuadidos de la profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia del Altísimo que todo intento de racionalizar los asuntos del Espíritu en términos humanos siempre será escaso.
He oído a algunos predicadores enseñar que ellos oran a veces al Padre, a veces al Hijo y a veces al Espíritu Santo. La verdad es que Dios es uno y donde haya una de las llamadas, por los teólogos, personas de la trinidad siempre estarán las otras dos.

Esta es la sola necesidad de Cristo. Dios en la eternidad constituyó un mediador que nos salvara de nuestros pecados. Lo hemos necesitado desde la eternidad, sin Jesucristo simplemente no existiríamos.
Hoy damos gracias a Dios por su don inefable y aunque aun no sabemos y no entendemos todas las cosas como un día por su gracia lo haremos nos deleitamos solo en Jesucristo de quien son la gloria, la honra y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.

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